En el Ecuador, la abundancia de formas de vida es índice de la existencia de una extraordinaria variedad de hábitats y ecosistemas, y del enorme potencial para generar bienes, servicios, ingresos económicos para el Estado y bienestar para la población, a partir del uso racional de los recursos naturales. Por tanto, la biodiversidad es uno de los mayores capitales con que cuenta el país. El creciente interés sobre el papel de la biodiversidad en el desarrollo, y el reconocimiento de su importancia económica, ecológica y estética, han impulsado múltiples acciones por parte del gobierno y de la sociedad para solucionar la problemática de conservación. Los esfuerzos son aún insuficientes y su repercusión no es eficaz a causa del aislamiento de las propuestas, la falta de recursos, la falta de orientación esquemática y de correlación con las demás actividades del quehacer nacional.
El estado de la biodiversidad en las áreas protegidas tiene gran relevancia pues allí está la mayoría de los elementos y procesos bióticos, y allí la presión humana es alarmante. El Plan de Acción Forestal del Ecuador (PAFE), mecanismo oficial de implantación de las Políticas Forestales y de Áreas Naturales y Vida Silvestre, considera básica la formulación específica de una Estrategia para la Conservación de la Diversidad Biológica en el sector forestal. Sumada a otras estrategias relacionadas con el desarrollo sustentable, constituirá el marco de acción para este sector.