Al término de 2013, había 51,2 millones de personas desplazadas forzosamente en todo el mundo a consecuencia de la persecución, los conflictos, la violencia generalizada o las violaciones de derechos humanos. De ellas, unos 16,7 millones eran refugiados: 11,7 millones bajo el mandato de ACNUR y 5 millones de refugiados palestinos registrados por UNRWA. La cifra total incluía a 33,3 millones de desplazados internos (IDPs, por sus siglas en inglés) y casi 1,2 millones de solicitantes de asilo. Si estos 51,2 millones de personas fueran un país, éste sería el 26º mayor del mundo. El año 2013 se caracterizó por la continuación de múltiples crisis de refugiados, que alcanzaron niveles que no se habían visto desde el genocidio ruandés de 1994. Así, 2013 fue uno de los años más exigentes de la historia de ACNUR. Más de 2,5 millones de personas se vieron obligadas a abandonar su hogar y buscar protección fuera de las fronteras de su país, la mayoría de ellas en países vecinos. Estos nuevos refugiados se unieron a los dos millones de personas que se habían convertido en refugiados en 2011 y 2012. La guerra en la República Árabe Siria, que en 2013 entró en su tercer año, fue la causa principal de estos desplazamientos, como quedó de relieve con dos dramáticos hitos: en agosto se registró el millonésimo menor sirio refugiado; apenas unas semanas más tarde, ACNUR anunció que el número de refugiados sirios había superado los dos millones. La República Árabe Siria había pasado, en tan sólo cinco años, de ser el segundo país de acogida de refugiados en el mundo a ser el segundo mayor productor de refugiados.