Latinoamérica, en su afán de alcanzar un modelo de desarrollo diseñado e impuesto por los países del primer mundo, en las últimas décadas del siglo XX, ha sido escenario de los más variados experimentos políticos, sociales, culturales y económicos; sin embargo, los resultados de éstos no han sido los esperados; incluso, en ocasiones, la aplicación de determinado recetario ha sido peor que los males que pretendía remediar, lo que ha determinado que al ingresar al tercer milenio, la región no ha resuelto sus principales problemas de pobreza e injusticia social El desarrollo en América latina ha sido desigual; en algunas áreas, ya sean éstas individuales o sociales, potentes faros han iluminado la vida de sus habitantes, mientras que en otras, las sombras más profundas han sido un obstáculo que no ha permitido vislumbrar la esperanza.