El Ecuador es un país privilegiado en términos de biodiversidad, lo que se debe, entre otras cosas, a que su territorio está cruzado por la cordillera más extensa del planeta: los Andes. La escalera ecológica que se crea, permite la existencia de una cantidad monumental de especies vegetales y animales adaptadas desde las cimas de las cumbres nevadas hasta los bosques del piemonte, pasando por páramos, valles y bosques nublados, en montañas y volcanes que miran hacia el Pacífico, hacia la Hoya Amazónica y hacia el interior del callejón interandino. Estudiar científicamente, pero con un ánimo práctico, esta magnífica diversidad, es la tarea que se han impuesto varias instituciones, entre las que se cuentan los Ministerios a nuestro cargo; pero también lo es cuantificar los daños sobre los ecosistemas montañosos como consecuencia de acciones humanas reñidas con las leyes naturales, y planificar para restaurar lo perdido y frenar el impacto sobre lo que aún podemos conservar.
Esta importante publicación da un paso firme en esas direcciones.