Esta obra explora la reducción desde otra perspectiva, destacando el proceso más que la personalidad; la vida cotidiana más que el heroísmo. Examina la función de los encuentros entre europeos e indios americanos en la fundación de nuevas sociedades.
La región de Mojos, situada en la cuenca superior del Amazonas perteneciente a la actual Bolivia, constituye la base de este estudio. Los jesuitas llegaron a Mojos a mediados del siglo XVII, dando inicio a sus actividades misioneras que transformarían radicalmente la zona y a sus habitantes. Aquí, lo mismo que en el Paraguay, los misioneros y los indios constituyeron unos centros que se convirtieron durante dos siglos en el centro de la vida económica, social y espiritual, estos centros se convirtieron en el centro de rivalidad entre la Compañía de Jesús y las autoridades civiles. Y como tercer parelelismo con la saga paraguaya, los jesuitas que trabajaban en Mojos fueron obligados a salir de allí cuando la fortuna de la Compañía entró en su ocaso en 1767. Su partida, en embargo, no significó la desaparición de los centros que habían contribuído a fundar: en el siglo de presencia jesuítica Mojos fue testigo de la evolución de nuevos sistemas (biológicos, tecnológicos, organizativos y teológicos), que condicionaron su historia durante otro siglo.