A comienzos de los años noventa, tanto en Suiza y Alemania, como en los países de América Latina arrancó una oleada de cambios organizacionales en las instituciones públicas y en las empresas privadas. Además, se abrió el espacio para una amplia discusión del buen gobierno y hacia la búsqueda de una verdadera complementariedad entre los servicios de las organizaciones privadas y públicas, con fuerte orientación al cliente y tomando en cuenta las innovaciones siempre más aceleradas en la producción y en el intercambio del conocimiento. Al ser asesor de gestión de empresas y desarrollo organizacional, me involucré -como individuo y como director de una empresa de consultores- en algunos diagnósticos, estudios y -por consecuencia- en el acompañamiento de procesos de cambio profundo en organizaciones locales -municipios, cooperativas y asociaciones-, en empresas privadas y en entidades públicas tan complejas como los ministerios de la administración.